El proyecto de reforma de una casa deshabitada, es un ejercicio que implica la necesidad de leer atentamente el lugar para volver a dar vida a esos espacios que acogerán nuevos habitantes y que se adaptarán a nuevos modos de vivir.
La rehabilitación surgió en aquellos elementos que todavía susurran su potencial: los patios, los revoltontes, la estructura de madera de la cubierta de la antigua construcción y eliminando elementos que se han ido superponiendo en el tiempo sin respeto por los elementos existentes. Por último, se añadieron espacios nuevos y elementos que conecten y creen la nueva vivienda como una casa contemporánea, pero, a su vez, con memoria.
La casa es una continua unión de elementos que se conectan entre sí, como el patio de la alberca con la luz cenital y con el cielo, las vigas de madera existentes con la rampa y la madera del pavimento; de la biblioteca que vertebra en vertical la vivienda con el lucernario; del patio central y el jardín con el taller y la cocina; diálogos entre espacios, entre materiales, entre detalles constructivos…
La vivienda se estructura en torno a tres patios que perforan y esculpen un espacio íntimo y volcado hacia sí mismo. El patio central, -el patio-jardín– que articula el salón-estar, la cocina y los talleres de arte de la propietaria está concebido como un jardín, como un pulmón verde que es el verdadero corazón de la vivienda. El patio posterior -el patio-alberca– es conceptualmente pétreo, y cuenta con presencia de agua de reminiscencias mediterráneas y árabes. Es éste un espacio mineral que acoge y recoge los espacios más públicos del proyecto. Por último, el patio secreto, introduce luz y genera espacio en el dormitorio y el baño principales.
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